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Antes de comenzar a leer, te recomiendo que te pongas cómodo, los relatos por lo general son largos, así que... prepárate un cafetillo (o cualquier cosa que te apetezca), relájate... y disfruta de la lectura.



Espero que te guste y vuelvas pronto para leer mi próximo viaje..







jueves, 24 de noviembre de 2011

Verano 2011. Un paseo por el Benelux II


Acabé la primera parte de nuestro relato justo a las puertas del parque de atracciones Walibi.



Lunes, 11 de Julio

Para los que no han leído la primera etapa de este viaje, debo comentar que este año nos quedamos casi sin fotos porque nos fueron robadas en el metro de Bruselas... es una verdadera pena, pero no hay posibilidad de recuperarlas, así que he intentado amenizar un poco el relato con algunas imágenes... aunque sé que no es igual, espero que os gusten.

Después de pernoctar junto a los barcos, en la localidad de Elburg, salimos muy temprano por la mañana hasta el parque de atracciones, nerviosos y excitados, con ganas de pasar una divertida jornada entre montañas rusas, norias, espectáculos.... además, el día también había comenzado soleado, por lo que cogimos las mochilas con todo lo necesario para pasar el día en el parque y dejamos la autocaravana en el lugar que nos indicaron los chicos que se encargaban del parking (no vimos a los simpáticos del día anterior, jejeje...).


Y pasamos un día de fábula, los crios disfrutaron de lo lindo, pero es que nosotros también lo pasamos genial... las atracciones eran casi todas juveniles, con lo que había muchas en las que montar... y vimos también un par de espectáculos buenos. Hasta la hora del cierre estuvimos disfrutando todo lo que pudimos, y al acabar, de vuelta a la dragoneta. Y a pernoctar, volvimos al área de Elburg, después de la paliza en el parque no era cuestión de estar también conduciendo... ahora a descansar y por la mañana ya tomaríamos rumbo a otro lugar....

Martes, 12 de Julio

Tras una buena noche de descanso, recogemos todo y salimos a primera hora del parking, en dirección a la siguiente población que queríamos visitar, Zwolle.

Después de aparcar en el área para las autos, nos dirigimos al centro de la población... y nos dedicamos toda la mañana a callejear y ver lo más destacable de esta bella localidad... como puede ser la Sassenpoort (una de las antiguas puertas de la ciudad)


otro edificio característico es la Basílica Ntra. Sra. de la Ascensión (Onze Lieve Vrouwe ten Hemelopneming) cuya torre, llamada Peperbus (por asemejarse a un molinillo de pimienta) es una de las más altas e importantes de los Países Bajos.


Pasamos una mañana estupenda recorriendo calles y observando los distintos edificios, y al terminar, nos paramos en una cafetería a saborear una buena cerveza... yo creo que no hemos probado ninguna igual en todo el tiempo que hemos estado por estos países... en cada ciudad, la cerveza era distinta... así que teníamos que probarla, jajaja...

Como el pueblo no era muy grande, tardamos poco en ver lo más emblemático, así que en cuanto descansamos un poco tomando un piscolabis nos dirigimos hacia la autocaravana y tras comprobar que estaba todo en orden, salimos en dirección a nuestro siguiente destino, Kampen.

Cuando llegamos estábamos ya famélicos por lo que aprovechamos para tomar un bocado y después salimos para recorrer esta ciudad que también tenía algunos edificios interesantes... entre otras cosas, comenzábamos ya a ver los típicos molinos holandeses.


Aunque pillamos cerrada la oficina de turismo, pudimos conseguir un plano y nos dedicamos a callejear en busca de los edificios más importantes... entre otras cosas, algunas de las bonitas puertas de la ciudad que aún se mantienen en buen estado y son impresionantes.


Mientras íbamos caminando, llegamos hasta un aparcamiento en el que vimos algunas autocaravanas, y nos acercamos para descubrir que era un área en el que podíamos llenar, vaciar e incluso teníamos a nuestra disposición unas duchas... así que, volvimos a por la dragoneta y nos la trajimos hasta este aparcamiento para pasar aquí la noche.

Cuando llegamos al área, comenzó una fina lluvia, que fué aumentando por momentos... aprovechamos para ducharnos y cenamos ya bajo una constante lluvia que no paró hasta bien entrada la madrugada... así que dedicamos la noche a descansar tranquilamente mientras oíamos el agua caer..


Miércoles, 13 de Julio


Comenzaría aquí una etapa de días lluviosos, en los que esporádicamente salían algunos rayos de sol, pero la tónica general era nublado y chispeando.

Después de recoger la auto, salimos en dirección a otro bonito pueblo, Giethoorn

Esta peculiar población tiene la particularidad de que a día de hoy, no se puede circular en coche por ella puesto que no posee carreteras... al menos en el casco histórico (en las afueras y algunas zonas ya llegan los vehículos). Es una localidad creada entre canales, comunicada mediante puentes y cuyo medio de transporte han sido siempre las barcas... y hoy en día, también se utilizan las bicis entre los diferentes caminos que se han creado entre los puentes... el caso es que es una ciudad bellísima, en la que si quieres visitarla debes hacerlo en barca, o dando un paseo por entre los diferentes puentes que comunican los distintos hogares. Yo creo que tampoco les interesa que entren los coches, pues supongo que ese es el principal encanto que atrae al turismo...
Sólo nos faltó un poquito de sol para que la visita hubiese sido perfecta, porque la lluvia cesó durante gran parte de nuestro paseo, pero bueno, el lugar era tan bonito que mereció la pena por completo.



Primero nos subimos a una de las barcas que hace el recorrido entero y te explican los detalles y muchas curiosidades... la verdad que disfrutamos mucho... y después de comer, como vimos que cesaba la lluvia y nos atrevimos a dar un buen paseo por el sendero que recorre buena parte de las casas de la zona más tradicional y antigua de Giethoorn.


Terminamos el día con un muy buen sabor de boca, y encantados de ver algo tan bonito y diferente de lo que estamos acostumbrados. Al final nos tomamos unas cañas mientras descansábamos de la caminata, y nos dirigimos a la auto para salir cuanto antes hacia nuestro próximo destino.

Esa noche, nos dirigimos directamente hacia el gran dique de afsluitdijk, en donde decidimos que pasaríamos la noche.




Llegamos al punto donde comienza, pero no llegamos a cruzarlo, y aparcamos justo antes en un restaurante que tiene un gran parking y hay también un espacio reservado para las autos.

Nada más aparcar, colocamos todo y mientras los niños se quedaban en el auto un rato jugando, nosotros dos pasamos al restaurante para ver qué tal era y nos tomamos unas cañas en el self-service de que dispone.

Al terminar salimos y como ya era tarde, después de cenar algo decidimos charlar un rato hasta que se hiciera la hora de dormir... aunque no contábamos con el enorme vendaval que empezaba a manifestarse.

Un par de camiones nos hacían de parapeto, pero aún así... yo creo que apenas dormí pensando que volcaríamos, pues el airazo era tremendo, y aunque donde estábamos era en una depresión del terreno, el pensar que estábamos allá tan arriba (tan al norte, me refiero) junto a un dique pegados al mar del norte... nos daba un poco de respeto y nos costó un buen rato quedarnos dormidos.

Jueves, 14 de Julio

Después de una inquieta noche, oyendo los aullidos del viento y notando los meneos del aire sobre la auto hasta altas horas de la madrugada, por fin amaneció tranquilo, al menos no llovía y parecía que el tiempo se había calmado...

Así que, nos armamos de valor y comenzamos a cruzar los 32 kms. de dique....  de los que disfrutamos enormemente. A mitad del dique, decidimos detenernos en uno de los numerosos aparcamientos de que dispone, y asomarnos para ver el mar... y hacer algunas fotos, jeje.

Casualmente, nos detuvimos junto a otra auto que resulta que era española y nos dió una gran alegría... nos pusimos a charlar con ellos, y estuvimos casi una hora, parecía como si hiciese muchos días que no hablásemos en castellano, jajajaj... la verdad que cuando estás viajando por otros países y te encuentras con alguien de tu tierra, al menos a nosotros nos pasa, nos entra una alegría y unas ganas por saludarlos enormes....  y una morriña bastante grande... inexplicable sensación?....

Después de compartir rutas, contarnos anécdotas, intercambiar correos y algunas cosas más, terminamos la charla y volvimos cada uno a nuestro vehículo para continuar el viaje.

El día amenazaba con llover de nuevo, pero en principio seguía sólo algo encapotado... total, que llegamos al otro lado del dique, y nos metemos en Den Oever. Desde allí cruzamos hasta Den Elder... con la intención de tomar un ferry y cruzar a la isla de Texel.

Con suerte, llegamos justo hasta la entrada de los ferrys y después de calibrar la climatología, nos decidimos por dejar la autocaravana aparcada (quizá cometimos un error, pues podíamos haber cruzado perfectamente con la auto, pero tomamos esa decisión y tampoco nos fué muy mal) y nos metimos en el ferry para pasar el día en esta isla que teníamos curiosidad por ver.



Nada más cruzar, nos encontramos con la parada de autobús y compramos unos tickets para poder ir de un lado a otro sin problemas durante todo el día.

Pero al poco de subir al primer autobús, comenzó a llover de una forma intensa... paramos en un par de ocasiones para poder ver algunas de las poblaciones con más movimiento, pero la verdad que la lluvia fué un verdadero engorro... por otro lado, estábamos en Holanda, y sabíamos que aquí esto es algo más bien habitual, por lo que aguantamos el chaparrón como pudimos, y continuamos hasta que en uno de los pueblecitos hicimos otro alto y paramos en uno de los restaurantes para tomar algo de comer... unas cervezas, un pescado muy raro que ahora no recuerdo el nombre pero que nos comentaron que allí es un bocado exquisito, el caso es que comimos y entre que llovía, paraba, chispeaba... al final se calmó un poco... en fin, tuvimos un día un poco pasado por agua pero lo pasamos muy bien.

De que nos quisimos dar cuenta, era hora ya de volver hacia el ferry... y vuelta hacia la autocaravana... impresionante también el viaje... con las gaviotas volando a tu nivel... acompañando al ferry en la llegada... que bonito... digno de ver.


Cuando llegamos, observé el mar una vez más antes de dar la vuelta... éste era el punto más al norte que visitaríamos... a partir de aquí, el viaje sería bajando poco a poco hasta volver a casita...  con este pensamiento regresé directamente hacia la auto, y colocamos todo para salir en marcha en cuestión de minutos... de momento hace aire, pero no llueve... cruzaremos los dedos, jejeje...

El siguiente lugar para pernoctar es Almaark, un precioso pueblecito, famoso por sus quesos y sobre todo (y esa es la razón de que hayamos amoldado parte del viaje para llegar el día de hoy hasta aquí) porque en él tiene lugar todos los viernes un mercado de venta de quesos, pero al estilo tradicional, es decir, hacen una especie de representación para que veamos cómo se vendía el queso en tiempos pasados...

Aparcamos en el parking que tenemos anotado como área para autos, y arreglamos las cosas para pasar allí la noche.

Como aún es temprano, después de comer un poco, salimos con nuestras mochilas para dar un pequeño paseo antes de que oscurezca y ver un poquito los canales y la ciudad...


Nos encantó todo el casco histórico, los múltiples canales, las gentes, el bullicio... ésta es una ciudad viva, con mucho movimiento... y bueno, continuamos viendo fachadas y edificios hasta que cansados, regresamos hasta la dragoneta a descansar.

Cuando llegamos, entablamos conversación con unos españoles que habían aparcados a nuestro lado, y poco después salíamos de nuevo (cuando ya estaba más oscuro) para tomar alguna fotografía nocturna... los canales dan mucho juego para hacer bonitas fotos, y de noche sobre todo, y acompañados por algún molino... el caso es que estuvimos otro buen rato paseando con el trípode por todo Alkmaar para tomar algunas fotos preciosas, y poco después, caíamos rendidos en nuestras camas... el día había sido algo agotador.

Viernes, 15 de Julio

Por fín, llego este esperado día... estábamos muy animados esperando ver el mercado del queso, así que bien temprano nos dirigimos hacia la plaza en la que tiene lugar todo el espectáculo.
Está claro que este también es un buen reclamo turista, porque nada más llegar a la plaza, observamos que tienen colocadas unas gradas en una esquina de la plaza, y como no están muy llenas aprovechamos para coger sitio en los asientos más altos para poder verlo bien todo.


Son quesos Gouda y Edam, principalmente, creo que tenían unos 25 kg. si no me equivoco, los más grandes, y veíamos como los porteadores llevaban con sus barcazas los quesos conforme los compradores realizaban la compra. Impresionante, nos gustó mucho, aunque en realidad, no es posible comprar ese queso.

Unas chicas con el traje típico holandés se pasean junto a un carro lleno de bolsas con porciones de varias clases (a modo de degustación) a un precio asequible (nosotros compramos una bolsita por diez euros con tres trozos distintos) para que los turistas compren y prueben el delicioso queso.

Además, en la parte exterior de la plaza y rodeando lo que es el "escenario" se ponen un montón de puestos ambulantes con infinidad de tipos de quesos y demás productos típicos, zuecos, souvenirs y cualquier otro producto que un turista desee llevarse de recuerdo o comer al momento, se monta un mercadillo que no veas, jejeje.. lo pasamos pipa toda la mañana, y gracias al cielo hizo un sol precioso que nos permitió pasear después tranquilamente por el mercadillo y probar un montón de tipos raros de queso que estaban riquísimos.

Después de recorrer la mayoría de los puestos y picotear cincuenta mil clases de queso, dimos otro paseo callejeando por la zona céntrica de Alkmaar hasta que se hizo la hora de comer, en que regresamos hasta la autocaravana.

Algo que me llamó la atención era que algunos de los puentes que cruzaban los canales dentro de la ciudad eran levadizos... (si.. ya sé, seguramente es algo corriente, pero yo jamás había visto un puente levadizo tan pequeño como algunos de los que vi y menos dentro de una ciudad... jeje)


Tras comer y descansar buena parte de la tarde, volvimos de nuevo a dar otro paseo hasta que se hizo de noche y decidimos regresar hasta la dragoneta para tomar un bocado y dormir, el día siguiente habría que levantarse temprano y queríamos estar frescos para el nuevo día.


Sábado, 16 de Julio

Otra mañana que comenzó despejada, ya mirábamos al cielo en cuanto nos levantábamos, jeje...

Colocamos todo en su sitio y salimos bien temprano en dirección a Zanse Schans, un punto clave en Holanda pues aquí hay concentrados una gran cantidad de molinos típicos holandeses, algunos de los cuales todavía siguen funcionando.

En cuanto llegamos pasamos a la oficina de información, en donde nos entregaron un plano de la zona, que es prácticamente un barrio residencial y lugar de trabajo único que cuenta con museos, molinos, tiendas, oficios de antaño, restaurantes, una oficina de información y un servicio de excursiones en barco. Este parque es una reproducción fiel de la vida en la comarca del Zaan durante los siglos XVII y XVIII.



Así que estuvimos muy entretenidos toda la mañana, pasamos a uno de los molinos para ver el funcionamiento interno, pudimos ver cómo hacían los quesos (con una rica degustación entremedias) y también pasamos a una fábrica de zuecos en donde aparte de contemplar miles y miles de zuecos de todos tamaños tipos y colores... había un par de chicos explicando la fabricación y el origen de este calzado


acabábamos toda la visita cerca del mediodía, así que aprovechamos para comer antes de salir del parking, y en cuanto descansamos un rato salimos hacia nuestro siguiente punto de pernocta, Volendam.

Cuando llegamos, aparcamos a las afueras, en una zona que llevábamos marcada como área y nos dirigimos lo primero hacia la oficina de turismo. Allí nos comentan que si queremos visitar también la localidad de Marken (que se encuentra a unos pocos kms. de allí y efectívamente llevábamos intención también de pasar por ella) que sería preferible que visitásemos antes la otra población.

Nuestra idea era pasar el sábado en Volendam y por la mañana temprano salir hacia Marken, pero esta chica de la oficina de turismo nos comenta que Marken estaría el domingo todo cerrado y sin vida, mientras que Volendam tenía mucho más movimiento los domingos, por lo que era más conveniente hacer las visitas al contrario de como lo llevábamos planeado... así pues, y haciendo caso a sus recomendaciones, nos vamos de nuevo hacia la auto (para qué vamos a pillar el ferry si tenemos el coche a dos pasos) y salimos en dirección a Marken.

En realidad Marken es una pequeñita isla dentro del lago interior IJsselmeer unida a tierra únicamente por un dique sobre el que discurre una carretera, por lo que es considerada como una península.


Su peculiaridad radica en eso y también en las viviendas, fabricadas sobre elevaciones para evitar las inundaciones.

Cuando al fin llegamos sentí algo de alivio, pues el tiempo había comenzado a empeorar y la conducción sobre el dique no resultó muy agradable, ya que había grandes rachas de aire que a mí por lo menos, me daban un poco de yuyu.

Nada más llegar aparcamos y colocamos todo para poder dar una vueltecilla y ver un poco esta localidad.


Paseamos un ratillo en este encantador pueblecito y nos dirigimos hacia el puerto, en donde vimos un puesto ambulante que vendía una especie de pescado rebozado muy raro (bueno el nombre ni me acuerdo de como se llamaba eso) tenía una pinta buenísima y nos pillamos una ración para cada uno... y mientras paseabamos por el puerto, nos los zampamos y estaba buenísimo.

Otra cosa que me llamó la atención aquí otra vez es la cantidad de barcos de madera, antiguos, que están en buen uso y que son preciosos... es que parecen sacados de "Los piratas del Caribe" porque son tan antiguos, era una maravilla observarlos en el puerto.

Aquí hay algunos vecinos que por un módico precio te enseñan tu casa e incluso posan contigo vestidos con el traje regional para que te lleves algunas fotos de recuerdo... aunque nosotros no pasamos, había algunos turistas entrando y saliendo de las casas.

Cuando ya vimos que se hacía algo tarde y tras habernos pateado la mayoría de las callejuelas, decidimos salir de nuevo hacia Volendam y regresar al parking que habíamos dejado por la mañana.

Ya no llovía ni hacía tanto aire, así que cruzamos el dique tranquilamente.

Al llegar, y como aún era temprano, decidimos salir un rato para ver el puerto de Volendam (que es en realidad lo más notorio) aunque el tiempo parecía que se estaba estropeando por momentos.


Comenzó una ligera llovizna que nos hizo sacar los chubasqueros y los paraguas... y aquí fué donde nos dimos cuenta, que en Holanda los paraguas no sirven más que para gastarse el dinero, jejeje... porque se nos rompieron (del aire) a los dos minutos de abrirlos.

De todas formas, paraba de forma intermitente y estuvimos paseando tranquilamente por el puerto en donde unos chicos celebraban alguna fiesta de disfraces y nos sacaron unas sonrisas pues fuimos literalmente atacados por un pollo, un cura y no sé cuantos disfraces más, jejeje...  en fin...  después del ataque (de risa), y pasar la zona del puerto admirando todas las casitas, seguimos hasta donde estaban los bares y había más movimiento, nos metimos en una de las cafeterías a probar otra cervecilla... nos supo riquísima, al calorcito del bar y la musiquilla... aquí, otra vez es cuando te das realmente cuenta de que estas gentes están muy habituadas al clima y el hecho de que llueva no paraliza para nada el día a día... la gente entraba y salía sin parar y había movimiento por el puerto, a pesar del mal tiempo. Nosotros nos tomamos tranquilamente las cañas, y cuando paró la lluvia salimos para continuar con el paseo hasta volver a la dragoneta.

Otra cosa que me resultó de lo más extraña es, que en estos pueblecitos de viviendas adosadas viven prácticamente de cara al público. Las fachadas casi todas tienen delante un pequeño jardín que cada uno decora a su gusto, con plantas, bancos, sillas, fuentes, y todo tipo de ornamentaciones... pero es que las cortinas de lo que se supone el salón, son inexistentes... y puedes observar lo que sea que en ese momento esté pasando, sea de día o de noche...

Es más, si la ventana tiene visillos o cortinas, la costumbre (que vimos nosotros, al menos) es colocar objetos decorativos (desde jarrones a lamparitas, velas, figuras, etc...) por fuera para que la gente los pueda ver... a modo de escaparate, y yo creo que en los pueblos más pequeños esto será un pique entre vecinas, jajajaja... en fin, me resultó muy curioso ya que en España según yo lo veo, somos bastante más celosos de nuestra intimidad.

Poco a poco, regresamos a la auto, justo a tiempo para no mojarnos porque en ese tiempo comenzó a caer una lluvia cada vez más fuerte, y entonces nos dedicamos a preparar una buena cena y descansar hasta el día siguiente.

Domingo, 17 de Julio

Cuando nos despertamos, el tiempo seguía feo... una fina lluvia nos acompañó hasta nuestro siguiente destino, Amsterdam.

Llegamos con temor, pues sabíamos por otros relatos que es bastante difícil encontrar plaza en los campings que hay en las cercanías, pero afortunadamente, encontramos un hueco en el camping Vliegenbos

Nada más llegar nos adjudicaron una plaza que quedaba libre en donde rápidamente nos colocamos para dejar espacio... la verdad que a primera hora, la entrada al camping era un hervidero de coches y autocaravanas entrando y saliendo....

Cuando pudimos colocar todo en su sitio, salimos del camping para visitar Amsterdam... nuestra intención era visitar la ciudad de Amsterdam en dos días, así que salimos pronto para no perder tiempo y aprovechar bien la mañana.

Aunque estaba algo nublado la lluvia había cesado por el momento, así que tomamos un autobús que paraba en la misma estación de Amsterdam.




Algo que nos dejó totalmente perplejos nada más poner un pie en esa gran plaza fué la gran cantidad de bicicletas colocadas todas ordenadamente en el aparcamento de la estación. Incluso un doble piso de aparcamiento... aunque ya sabemos que por estas tierras la bici es el vehículo por antonomasia, no podíamos imaginar tal cantidad de bicis juntas una al lado de otra, es que hasta nos maravillábamos pensando que si tuviesemos nosotros una bici aquí aparcada, nos veríamos locos para poder encontrarla entre todas, jeje... en fin... impresionante la visión, que ya nos acompañó durante toda nuestra estancia por los Países Bajos.



Tras pasar a la oficina de información, nos desanimamos pues había muchísimos turistas, estaba abarrotada... e incluso se cogía número para que te atendiesen... así que, después de pensar bien lo que queríamos hacer y como llevábamos mucha información por nuestra cuenta, decidimos comprar el mapa en un expendedor de los que había en la oficina, y nos fuimos a ver la ciudad.

Salimos por una gran avenida (la Damstraat) repleta de tiendas de todo tipo, desde souvenirs, cervecerías, sexshops... etc...  una de las arterias de la ciudad, que nos llevó directamente hasta la plaza Dam, en la que se encuentra un gran monumento, un obelisco de unos 22 metros de altura, levantado como homenaje a los caídos en la Segunda Guerra Mundial. En el interior del monumento se conservan urnas con tierra de las distintas provincias holandesas, además de tierra de Indonesia, antigua colonia holandesa.


Desde allí fuimos poco a poco recorriendo los distintos lugares emblemáticos y más importantes de la ciudad, el mercado de las flores, la casa de Rembrandt, el barrio rojo... por cierto que mientras andábamos por esa zona nos tropezamos con una escultura que no imaginábamos encontrar, se trata de una mano acariciando un pecho que se hallaba justo frente a la iglesia Oude Kerk, estaba colocada en el suelo


Y parece que sobre esta pequeña escultura hay varias teorías... según una de ellas parece que al tratarse de un gran puerto comercial, marineros de todo el mundo venían al Barrio Rojo a satisfacer sus deseos. La situación de la escultura está estudiada, ya que indicaba que la iglesia daba el beneplácito de esta actividad pero pasando a pagar las bulas para expiar el pecado carnal.

Estuvimos todo el día recorriendo las calles, entre paseos, autobuses, tranvías... el caso es que poco después del mediodía, estábamos prácticamente fundidos... y como teníamos que lavar ropa en el camping y aún teníamos el día siguiente para continuar la visita, decidimos regresar al camping pronto, pegarnos una buena ducha y hacer un poco de colada y limpieza general en la auto, aunque primero nos paramos a tomarnos unas riquísimas cervezas en uno de los muchísimos bares que tiene Amsterdam.

Así pues, tras pasear y disfrutar de un nublado (pero afortunadamente seco) día por las calles de la capital holandesa, nos fuimos hasta el camping para descansar primero y ducharnos después.

Nuestra idea de aprovechar la tarde lavando la ropa resultó fallida, pues el camping, inexplicablemente cierra el cuarto de las lavadoras y secadoras por la tarde!!!!

Después del cabreo inicial, aprovechamos para hacer otras cosas, aunque el cabreo no se nos pasó facilmente... de hecho, la imagen de este camping se estaba desmoronando por momentos ante nuestros ojos... entre otras cosas:
-nos parecía excesivamente caro (nos salió unos 100 euros las dos noches sólo el aparcar) para la pequeña parcela (era más bien una plaza de aparcamiento y poco más, vamos que no había mucho espacio para sacar toldo... o mesa...)

-Internet no estaba incluido... iba con monedas, y el terminal lo tenían en la calle antes de entrar en recepción... en un poste colgada la pantalla y el teclado (con un plástico para protegerlo de la lluvia)... impresionante.

El agua, que se supone que debería ir incluida en el precio, nos la cobraron también, iba con monedas... (todavía más impresionante...)

Y para colmo, la lavadora tenía un horario... vamos que hasta las ocho de la mañana no podríamos lavar la ropa...  y si nosotros queríamos aprovechar el tiempo para ver Amsterdam, tendría que ser después de lavar la ropa por la mañana...  vamos, que perderíamos esta noche un tiempo precioso... no he visto ningún camping con esta restricción, la verdad... es el primero.

En fin... la verdad, estábamos bastante descontentos pero bueno, al menos por el momento no llovía y podíamos visitar la ciudad sin problemas, así que procuramos recoger lo que pudimos esta noche y nos acostamos pronto para estar descansados por la mañana...

Pero eso ya lo cuento en la tercera entrada, ya que no quiero alargarme demasiado. Y si os apetece, espero que también leáis la continación que subiré lo antes posible....

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