Bienvenido a nuestro blog.

Antes de comenzar a leer, te recomiendo que te pongas cómodo, los relatos por lo general son largos, así que... prepárate un cafetillo (o cualquier cosa que te apetezca), relájate... y disfruta de la lectura.



Espero que te guste y vuelvas pronto para leer mi próximo viaje..







domingo, 9 de noviembre de 2008

Ruta por el país Cátaro (I)

Tras un descanso de un mes aproximadamente, a primeros de septiembre volvemos a la carga. Con motivo de la feria de Albacete, podemos juntar otros diez días de vacaciones, y que mejor manera de aprovecharlos que realizar otra ruta con la Dragoneta.

Pues dicho y hecho, volvemos a ponernos en marcha, acondicionamos de nuevo la autocaravana y preparamos otra ruta para recorrer. Toño lleva un tiempo con ganas de hacerse una ruta por el país Cátaro, así que, investigamos un poco, buscamos entre los relatos que muchos de los foreros de AC Pasión ponen amablemente a disposición de todos los que quieran leer, y preparamos (a grosso modo) un itinerario no demasiado definido, pero con intención de ir reajustando sobre la marcha.

De esta forma, el día 5 de Septiembre, salimos de Albacete, dirección a La Junquera. Nuestra idea es subir por la zona de la costa, y pasar la frontera por Perpignan. El viaje hasta arriba no resultó muy pesado. El tiempo, de momento se mantenía bueno, aunque sabíamos que llegados a esta altura del año, en la zona francesa las lluvias serían la tónica habitual, por lo que ya ibamos preparados con chubasqueros y ropa un poco más de abrigo.

El problema lo teníamos con la pernocta... aunque en casa habíamos estado buscando algún área para poder pasar la noche por la zona de Cataluña... lo cierto es que nos resultaba algo difícil ese tramo, sobre todo, por la cantidad de robos y malas experiencias que sufren los autocaravanistas en esa región.

Por otro lado, yo había quedado con otra amiga de Martorell a la que veríamos (aunque fuese sólamente el rato de tomar unas cañas) en Barcelona.

Después de conducir durante toda la tarde, paramos a cenar, estiramos las piernas un poco... en fin hacemos una parada técnica de reláx... y después continuamos viaje..... eran ya la una y pico de la madrugada cuando llegamos a Vilanova i la Geltrú en donde pensábamos que podríamos pernoctar sin problemas.

A estas horas, lo que necesitabamos era ya un buen descanso, sobre todo Toño. El problema es que en esta localidad no había más que placas de prohibición de estacionamiento para autocaravanas.... de tal modo, que ya no sabíamos que hacer. Toño cansadísimo de conducir, y los críos, detrás, muertos de sueño pero como tienen que ir sentados con los cinturones puestos, pues sin poder descansar las criaturas.

En esto que nos encontramos con unos mossos d'Esquadra, y sin perder tiempo, les preguntamos qué podemos hacer ante nuestra situación, ya que no tenemos sitio en donde parar, y necesitamos descansar. Su reacción fue ayudarnos inmediatamente, y atendernos, indicándonos dónde podíamos pernoctar (nos llevaron ellos mismos hasta el lugar) y sin problemas de ser denunciados. Desde aquí quiero agradecerles su atención y amabilidad, pues se portaron muy bien con nosotros.

Una vez pasada la noche, nos levantamos temprano para llegar a Barcelona cuanto antes. Habíamos quedado con mi amiga Merche que nos llamaríamos por la mañana para tomar algo y charlar antes de salir hacia Francia.
Tomamos un buen desayuno (nuestras tostadas no pueden faltar, jejeje) y salimos para Barcelona, pasando por Sitges recorriendo una carretera paralela al litoral... así que pudimos disfrutar de unas vistas increíbles durante todo el trayecto...





A las 11 ya estábamos en la Plaza de Colón, desde donde llamamos a Merche.

Y a las 12 nos encontrábamos todos charlando, alrededor de una mesa en una cafetería de los alrededores, y con unas birras en la mano... genial el encuentro, teníamos muchas ganas de vernos, y lo pasamos estupendamente. Además, después de la cañita, aún nos hicieron de guías turísticos, pues les hicimos que nos paseasen por las fachadas (ya que no podíamos parar en donde quisieramos, no solo por la dificultad para aparcar, sino porque queríamos salir pronto hacia Perpignan)... y enseñarnos los edificios más emblemáticos de Barcelona antes de salir de allí...

Y nos pasaron por delante de la estatua de Colón



llevándonos por Las Ramblas...



por delante de la Casa Batlló



y también de La Pedrera



hasta llegar a la Sagrada Familia



que maravilla... algún día, vendremos a hacer una visita a Barcelona para verla con detalle, pues tiene cosas realmente bellas que merecen la pena visitar.

Desde aquí, se despidieron indicándonos el camino a seguir para que viésemos el nuevo edificio en Barcelona, la famosa Torre Agbar...



y una vez hecho este estupendo recorrido, y sin perder más tiempo, salimos de Barcelona para cruzar hacia territorio francés.

Otra vez en carretera, un largo trecho, hasta llegar a Carcassonne, que era nuestro primer destino en la zona francesa.

La llegada a Carcassonne fue ya entrada la noche. Nos dirigimos directamente hacia el aparcamiento para autocaravanas que está pegadito a las murallas de la ciudadela. Nos cuesta 10€ la estancia 24 horas, pero pensamos que merece la pena, pues es un sitio vigilado, con posibilidad de carga y descarga de nuestros depósitos de agua, y justo al lado de lo que queríamos visitar, por lo que no nos lo pensamos. Entramos, y aparcamos para cenar algo antes de salir a dar una vuelta por los alrededores.

Cuando acabamos el refrigerio, no esperamos más, salimos decididos a ver lo que pudiesemos, la visión nocturna de las murallas nos tenía pillados...



Llegamos hasta las puertas de las murallas, adentrándonos en la ciudadela a la tenue luz de las farolas, yo creo que en este lugar pasa como en muchos otros lugares... que se hace imprescindible la doble visita... la nocturna, iluminada y ofreciendo esos destellos dorados, tan difíciles de coger con una cámara de fotos, pero tan bellos que te hacen desear captar cada esquina o cada rincón, porque quizás no serás capaz de describir lo que ves...



y sólamente rodeado por algún que otro visitante despistado... permitiéndote gozar de la serenidad propia de esas horas...

y la diurna, para observar los monumentos en todo su esplendor, adornada con el bullicio de la gente y el ajetreo típico de un lugar tan turístico y bello como éste...



Y así terminamos nuestro paseo nocturno... y llegamos hasta la autocaravana para descansar (Toño llevaba muchos kilometros a sus espaldas y necesitaba dormir unas cuantas horas para relajarse) hasta el día siguiente.

Cuando nos levantamos, lo primero es un buen desayuno frente a unas vistas espectaculares



y una vez bien desayunados, nos encaminamos hacia la fortaleza,



llegando hasta las puertas de la ciudadela...



Y nos dedicamos toda la mañana a pasear por ella...



por entre sus dos murallas... adentrándonos después en la zona más interior...







en donde acompañados por un guía, recorrimos los numerosos torreones que la componen









unas gradas preparadas para los espectáculos nocturnos y demás eventos...



y terminamos visitando la iglesia de San Nazario que se encuentra en el interior de la misma ciudadela...



A la hora de comer, buscamos uno de los numerosos menús entre los restaurantes de la Cité... teníamos que probar la tan nombrada "Cassoulet", plato típico de esta ciudad, y que basicamente es similar a una fabada, sólo que lleva también carne de pato...

Entramos en uno que nos había recomendado el guía (ignoramos si llevaba comisión, jejej) y pedimos la cassoulet,



pero antes, y tras ver las tapas de la entrada, les pido un plato que veo de entrante, consistente en foie y chocolate... y bueno... algo que piensas que tiene que saber a rayos (mezclar un paté con chocolate) te sorprende con un sabor exquisito... diferentes sabores de foie, e incluso uno de los chocolates era picante... en fin... queríamos algo diferente, y lo probamos... y estaba delicioso...

Y tras dar buena cuenta de la comida, y ponernos las botas, salimos otra vez por las calles de la Cité para recorrer en último lugar las murallas de la ciudad, a las que se puede acceder con la misma entrada del castillo y recorrerlas haciendo el paseo de ronda...



también se podía observar la parte de Carcassonne más nueva y que se encuentra por fuera de las murallas





andamos mucho pero yo creo que no nos quedó rincón que mirar, jejeje...

Con esto acabamos la visita a la Ciudadela en Carcassonne y nos encaminamos hacia la autocaravana para tomar un piscolabis. Teníamos pensado descansar un rato y retomar la ruta hacia el siguiente destino....

Antes de salir, nos encontramos de nuevo con el agradable guía que nos acompañó por la fortaleza, nos pregunta si hemos comido bien, y comienza a explicarnos plano en mano, la mejor ruta para hacer en el país Cátaro, recomendándonos de paso unas cuevas (y aficionados como somos a ellas, jejej) que según dice son impresionantes... incluso nos dice que cuando lleguemos a las cuevas preguntemos por una amiga suya y digamos que vamos de su parte... y como se ha portado con nosotros de forma excelente, decidimos ofrecerle una cuña de las que llevábamos de queso manchego, como agradecimiento por su amabilidad, y que por supuesto, él acepta encantado.

Total, que después de la amena charla con el guía, salimos pitando por fín hasta llegar a Lastours.

Llegamos justo cuando empieza a anochecer... el pueblecito en realidad son cuatro casitas...



Aparcamos, y como es costumbre, preparamos un refrigerio y tomamos un bocado... después salimos a dar un paseito, pero está demasiado oscuro y hace algo de fresco, así que, decidimos meternos en la auto, y acostarnos pronto, pues por la mañana, y a la vista de las torres, nos va a tocar escalar un rato...



Y digo las torres, porque más que un castillo son cuatro torres, o a mí así me lo parecen. Por la mañana, nos tomamos nuestras tostadicas y salimos cuanto antes para empezar el recorrido...



Las torres se ven bastante arriba... así que, respiramos hondo y nos dirigimos hacia la taquilla para sacar las entradas...

Antes de que se me olvide, comentar que en Carcassonne sacamos junto a la entrada del castillo, el pasaporte... un gasto adicional de 3€ para nosotros dos. Con él, obtenemos una rebaja de 1€ por castillo, y los niños pasan gratis, con lo cual, y con la idea de ver la mayor cantidad de castillos posible, los adquirimos... y aquí en Lastours ya nos hacen el primer descuento, jeje... la verdad es que los amortizamos bien los dichosos pasaportes...

Una vez sacadas las entradas, comenzamos la subida...



Hay que sortear obstáculos, incluso atravesar una cueva...



Aunque supone algo de esfuerzo subir a las torres, lo cierto es que merece la pena... las vistas, son estupendas...



Los castillos o torres, son cuatro: Quertinheux, Surdespine, Torre Régine y Cabaret.

Y uno a uno, vamos subiendo primero hasta llegar a ellos, y luego hasta lo más alto de sus torreones (o lo más alto que se puede, vamos)



Las vistas del pueblo desde una de las torres es impresionante



Y las vistas de cada una de ellas desde las otras, también...







Cuando terminamos de ver las cuatro torres, no podíamos con nuestra alma. Menos mal, que justo antes de bajar había un banco a la sombra. Allí hicimos una parada, sacamos los bocatas que llevábamos para el almuerzo, y descansamos a la sombra mientras recobrábamos fuerzas.

Al acabar el bocadillete, bajamos tranquilamente hasta la AC, y nos dirigimos hacia el Belvedere (mirador) que se encuentra justo frente a los cuatro castillos (o torres) e hicimos algunas fotos también, pues la vista era excelente.



Sin perder tiempo, salimos hacia las grutas de Limousis y la de Cabrespine, las que nos recomendó el guía de Carcassonne... queríamos llegar y verlas antes que se hiciera la hora de comer.

Comenzamos en la gruta de Limousis, llegamos y como está cerrado, comemos para hacer tiempo y para aprovechar la espera.
Cuando por fin pasamos, pudimos observar la belleza que ocultaba aquella gruta...





La roca, preciosa, con sus extrañas formaciones de cristales de calcita y aragonita, conseguía ofrecer una visión maravillosa. Y para remate, una vez que todo el grupo de visitantes llegó hasta el fondo de la gruta, en donde había unas formaciones realmente bellas, el guía ponía en marcha un juego de luces acompañado por una música de Mark Knopfler, creo recordar, que te dejaba sin aliento por el efecto que producía.



Uno de los rincones más bonitos era el que constituía el tramo en donde un pequeño lago de aguas totalmente transparentes, dejaba reflejarse en su totalidad las altas columnas que, cual guardianes, cuidaban de la sala entera. El efecto del reflejo en el agua tan nítido, era imponente.



Después de ver esta gruta, salimos disparados a ver la otra, la de Cabrespine, o el Gouffre Géant de Cabrespine, que es como llaman allí a ese enorme abismo.... por cierto que la cuesta de subida con la Dragoneta era bastante pronunciada (creo que un 16%) y no era precisamente divertido, jejej.

Éste, es algo diferente a la gruta de Limousis, pues aquí la sala es una sola, eso sí, enorme... y con un grandísimo agujero, en el que además de visitas, también hacen rutas de espeleología de unas cinco horas de duración. El gouffre, tiene 80 metros de sección y 220 metros de altura, por lo que impresiona bastante.



Además, durante la visita, y al igual que en Limousis, también se puede disfrutar de otro espectáculo de iluminación y música, que sobre las formaciones cristalinas ofrece un encanto especial.



Y así fue como terminamos las visitas ese día. Después de ver las dos grutas, nos dirigimos hacia el pueblecito de Caunes-Minervois, en donde pensábamos pernoctar a fin de poder visitar el pueblecito por la mañana.

Aquí pasamos otro de nuestros momentos para recordar, jeje... nada más llegar nos pusimos la mar de contentos, pues el aparcamiento que nos encontramos dentro del pueblo era muy espacioso, incluso había postes con enchufes para poder engancharnos a la luz y todo... una delicia... la cosa se estropeó un poco cuando, después de hacer unas cuantas maniobras para aparcar, mi querido esposo arrancó la antena de la tv (sí, sí, la arrancó de cuajo)con uno de los árboles que había rodeando el aparcamiento... y es que es difícil acostumbrarse a pensar en la altura del techo de la auto...

En fin... sin comentarios... aparca después de un rato de dar vueltas para ver la mejor posición... y se coloca al lado de uno de los postes para enganchar la luz.

Ni corto ni perezoso, disponemos todo para pasar allí la noche, y como tenemos tiempo hasta la cena, mientras los críos juegan por los alrededores (había también un pequeño parque infantil al lado) decidimos conectar el ordenador y ver una película. Pero la cosa nos dura poco, jejeje... a los diez minutos de estar viendo la peli, se nos acerca un señor muy educadamente, y tras varios intentos de chapurreos, terminamos por entender lo que intentar explicarnos en medio francés, medio inglés, medio gesticulando:

Este mismo sitio es el que emplean para realizar el mercadillo en el pueblo (de ahí las amplias plazas y los postes con luz, jejejej) y precisamente al día siguiente, había mercadillo.. por lo que podíamos permanecer en este sitio hasta las 6 de la mañana, hora en que el lugar tendría que ocuparlo el dueño del puesto correspondiente y nosotros solo podríamos permanecer hasta esa hora de la madrugada... con lo cual, y dándole las gracias al señor, procedemos a salir pitando del lugar y buscar otro sitio para pernoctar.... vaya pena tener que dejar la peli para otra ocasión... con lo bien que nos lo habíamos montado para esa noche...

Nada, con las mismas, salimos hasta el pueblo más cercano... en el que habíamos visto de pasada un área bastante amplia... llegamos, aparcamos y nos ponemos a cenar tan ricamente... en eso, que llega un muchacho muy simpático de otra autocaravana y nos comenta si tenemos algún cargador de móvil que le pueda valer... que se han venido con dos móviles él y la mujer, pero los cargadores se los habían dejado... aunque sintiéndolo mucho, después de buscar entre todos los cables que llevábamos, no pudimos ayudarle con eso... pero sí le pedimos (ya que se nos presentaba la ocasión, jeje) un cable para descargar las fotos en el ordenador (que era el que se nos había olvidado a nosotros en esta ocasión)... y aunque encontró uno muy similar, al final no pudimos usarlo... pero pasamos un rato muy entretenido charlando con él.

Al terminar, nos acostamos rápidamente para reponer fuerzas, pues el día había dado demasiado de sí...

A la mañana siguiente, salimos otra vez hacia el mismo parking de Caunes-Minervois...



y observamos el mercadillo que nos había comentado el señor el día anterior... era el frutero, y su furgón, efectivamente, ocupaba la plaza que habíamos elegido nosotros... en cuanto nos vió, salió a saludarnos indicándonos que eso era lo que quería explicar el día de antes...

Después de dejar el vehículo, nos vamos directamente hacia la Abadía.




Fundada en el año 780 por el abad Anian, la abadía se benefició desde el siglo VIII hasta el siglo XI de donaciones de tierra y privilegios. En el siglo XII aumentó sus dominios al recibir bienes confiscados a los cátaros. El declive de la abadía comenzó en el siglo XV, acusado por las guerras de religión.

Su espléndida fachada y su pórtico del siglo XIII aparecen decorados con tres arcos de bóveda, decoradas con múltiples y variados motivos ( piñas, humanos, animales, torneados…). La nave fue completamente reconstruida en el siglo XIV con grandes ventanales, que fueron parcialmente tapados con la construcción del claustro clásico. La bóveda actual data del año 1770. Además de la abadía, el pueblo de Caunes-Minervois también presenta otro gran punto de interés, se trata del conjunto renacentista más completo del Aude.

El transepto fue construido en el siglo XII, por debajo del coro, con dos campanarios, uno a cada lado flanqueados por absidiolas. Actualmente solo queda el de la zona sur, de tres pisos con arcos de medio punto sostenidos por capiteles románicos y merovingios



Paseamos por su claustro



Y tuvimos ocasión de observar el mármol tan bonito, en tonos blancos y rojizos, tan característico de la zona, y que veríamos en más de un edificio por aquí...



En la zona del sótano, aún se podía ver el suelo original, hecho con piedras formando dibujos (aunque en la foto no se aprecia muy bien)...



Y después de echar un último vistazo por dentro y por fuera...



nos dimos un paseo rápido por las calles del pueblo y llegamos de nuevo hasta la auto para viajar hasta el siguiente destino, que no era otro que Saint Hilaire y su Abadía.

Cuando llegamos ya era la hora de comer, así que pensamos que lo más acertado era tomar algo de comida, y después, ver tranquilamente la Abadía. El área estaba situada justo a la entrada del pueblo, junto a un puente muy bonito



y justamente enfrente de la Abadía



por lo que durante la comida, gozamos de una vista preciosa.

Al terminar, nos dirigimos hacia el edificio e iniciamos la visita. El claustro nos pareció una maravilla...





Ya perteneciente al siglo XIV, forma un trapecio irregular con 54 arcadas ojivales. Se trata de un elegante y sencillo claustro con capiteles ornados con hojas y cabezas. Después de contemplarlo y dar un paseo por esta zona, nos dirigimos hacia la capilla, en donde se encuentra el sarcófago de Saint Hilaire



En realidad no sería correcto afirmar que se trata de un sarcófago, pues aunque lo parezca, es demasiado estrecho y en su interior no cabría ningún cuerpo en él, por lo que existe la teoría de que realmente se trata del altar mayor de la iglesia, dedicado a la vida y martirio de San Sernin, primer advocado de la abadía. Se reconstruye en sus imágenes la vida del primer obispo de Toulouse en el siglo III y mas exactamente, de derecha a izquierda, su detención, su martirio y su sepultura.

Seguimos recorriendo estancias...



y llegamos así hasta el refectorio... en donde con curiosidad nos explican que en este lugar, el monje que se dedica a leer mientras los demás comen, lo hace en lo alto, subiendo una escalera diminuta,



lo curioso es que la lectura la hace para dos comedores al mismo tiempo... uno el de los monjes, y otro el de la gente que viene del exterior... ambos, separados por el estrecho muro en donde se encuentra el monje que además, está oculto para ambos, y lo único que se percibe de él es su voz al leer.

Desde aquí, mi marido nos deleitó con su melodiosa voz (jijiji) cantándonos en gregoriano... (uffff)



Por último, visitamos las bodegas de la Abadía



Allí nos explicaron un poco (la verdad es que lo estaban explicando a un grupo en francés... pero algo pillamos) sobre cómo hacían y almacenaban el vino.

Y después de dar un último paseo por el exterior



nos fuimos hacia la autocaravana, pues aún queríamos ver otro sitio antes de que terminara el día.

Desde allí, nos dirigimos hacia Saint Papoul, para ver otra de las Abadías impregnada de historia cátara.



La primera sala al entrar, era el refectorio, utilizado en la actualidad como sala de exposiciones que mostraba la obra del maestro Cabestany.



y a través de la cual llegabas hasta el precioso claustro.





Desde el claustro se accedía a la capilla, que pudimos admirar con detalle





Y después, salimos al exterior para verla con detenimiento por fuera, al tiempo que nos fijábamos en lo que es una de sus peculiaridades... en el ábside de la antigua catedral, podemos admirar el conjunto más importante de capiteles historiados y modillones atribuidos al maestro de Cabestany (segunda mitad del siglo XII).



Cuando terminamos el paseo por el exterior, salimos de nuevo hacia la autocaravana. Al salir, me sorprendió ver que la imagen de la Virgen recaía exactamente sobre la AC, y no pude dejar pasar la ocasión de hacer esta foto... parecía como si la Virgen nos acompañara...



Abandonamos por fin la Abadía, y salimos directamente hacia nuestro siguiente destino, en donde pasaríamos la noche y por la mañana visitaríamos el castillo. Saissac.

Las vistas del castillo desde las afueras del pueblo eran estupendas...



Cuando llegamos, tomamos algo de comer y salimos a dar un paseito por el pueblo, pues era todavía algo pronto para acostarnos, y un buen paseo nos vendría bien, además de permitirnos conocer un poco el pueblo de Saissac...



Nos resultó un pueblo encantador, aunque sus empinadas cuestas no nos gustaron tanto, jejej...



Caminamos durante un buen rato, callejeando y observando las características casitas... cuando estábamos ya más que cansados, decidimos dar media vuelta y volver hacia donde teníamos aparcada la AC para dormir y descansar, ya que al día siguiente volveríamos a la carga.

Por la mañana, nos dirigimos directamente hacia el castillo, aunque antes, pasamos a ver la Iglesia de Saint-Michel, un edificio Románico del siglo XIII, que fue casi completamente destruido durante la cruzada y quemado posteriormente en el siglo XVI, pero del que queda aún un muro románico y restos de una puerta de comunicación con las dependencias del castillo. Al pie del castillo, en la zona sur y más abrupta, se encuentran los vestigios de una antigua vila castral.



Nos resultó curioso el hecho de que en cada banco de la Iglesia, se leía con un rótulo el nombre de la persona que lo ocupaba (imaginamos que ese sería el objetivo) yo jamás había visto algo parecido, jeje..

Del castillo no quedan más que vestigios a los que se accede a través de un puente de piedra sustituto del antiguo elevadizo.



Compuesto por un enmurallamiento externo irregular cuadrangular, sobre tres niveles o terrazas continuas adaptándose al desnivel natural del terreno, flanqueadas por torres circulares y rodeadas por un foso, actualmente desaparecido casi en su totalidad.

En la primera terraza se encuentra una muralla, en la que se conservan dos torres cuadradas y almenadas, rodeando una Torre del homenaje poligonal central de 20 m de altura y un gran patio central, probablemente correspondientes al periodo de reconstrucción de los siglos XIII y XIV.



En la segunda, a la que se accede por unas escaleras,



se hallan una serie de edificios de cuatro niveles, correspondientes los dos superiores en su mayor parte al siglo XVI, con ventanas renacentistas.



Los inferiores, de época anterior, son subterráneos y comunican con la antigua poterna medieval mediante una rampa.



El tercer desnivel o terraza, el más meridional y aparentemente el más reciente, consta de una gran patio central rodeado por una muralla flanqueada en la zona sur por dos torres semicirculares.



Y con esto, terminamos nuestra visita a Saissac... una última foto desde la parte opuesta del pueblo daba otra visión del castillo.



En otro rato llegamos hasta Villelongue, en donde se encuentra una antigua abadía cisterciense.



Cuando llegamos, ya estaba cerrado... este horario francés, que nos vuelve locos... así que, mientras esperabamos a que abriesen (y como para nosotros era pronto para comer) aprovechamos para tomar unas papas y una cervecita para acortar la espera, y en cuanto vimos que abrían, pasamos a realizar la visita...



El monasterio, antes de ser transferido a su emplazamiento actual a mediados del siglo XII, fue primero instalado sobre el territorio de la población vecina de Saissac. Una donación fue consentida en 1149 a la Orden de Cîteaux y a Guillaume, monje venido con doce compañeros de la abadía de Bonnefont de Comminges. La construcción del monasterio empezó en 1180.
A principios del siglo XIII, Simón de Montfort recompensa a los monjes de Villelongue por su oposición a los cátaros y les da como don numerosas tierras y el pueblo de Saint Martin le Viel. Villelongue se convierte así en una abadía poderosa y rica. Más tarde, se beneficia de la protección del rey de Francia.





Debilitada por la peste del siglo XIV y por las luchas intensas en el siglo XV, la abadía empieza a decaer progresivamente hasta la Revolución donde dicha abadía fue vendida como Bien Nacional y transformada en explotación agrícola. El dominio se divide en dos partes: de un lado las ruinas de la abadía y del otro un grupo de viviendas (sin duda el antiguo logis abacial).



A partir de 1916, los propietarios sucesivos intentan sacar la abadía del olvido y empiezan los trabajos más urgentes. El coronel Maissiat, en 1916, obtiene la clasificación de la abadía como Monumento Histórico, impidiendo de este modo la venta y el desmantelamiento de la galería sur y del claustro.





En 1964, fue adquirida por la familia Eloffe, los cuales son propietarios hoy en día.

Una curiosidad fué encontrar entre el amplio huerto con que contaban, calabazas enormes y de muy distintos colores, así como tomates medievales (al menos, a mí me resultó curioso).



Y después de verlo todo nos marchamos hacia el vehículo para emprender la marcha.

Nuestra siguiente parada (y última visita del día) se trataba de Lagrasse.

Cuando llegamos, tomamos un bocado y nos fuimos cuanto antes a visitar la Abadía y pasear por las callejuelas del pueblo.



Nos pareció un pueblo encantador... llegamos hasta la Iglesia, aunque estaba cerrada...



después nos dirigimos hacia la plaza, utilizada antaño como mercado. Una monada...



y también pudimos caminar hasta los puentes que atravesaban el río...



y observar la abadía desde lejos...





Cuando llegamos a la abadía, nos dimos cuenta de que está dividida en dos zonas. Una, propiedad de los monjes, y la otra, propiedad del estado. Con lo cual, si se quiere ver todo, hay que pagar dos entradas. Nosotros en principio comenzamos con la zona estatal. Dejamos la zona perteneciente a los monjes para más tarde.

Pasamos a recorrer todas las dependencias.
La parte más antigua de la abadía es la primera casa abacial; comprende un claustro de pequeñas dimensiones con bastas columnas coronadas por capiteles románicos representando esculpidas escenas de La Lujuria.



La galería superior conduce a la capilla del abad, del siglo XIII, donde se encuentran muros decorados por frescos y el suelo cubierto por baldosas de arcilla barnizada, representando diversos motivos.



Junto a estos dos edificios se hayan las bodegas y sótanos, grandes salas abovedadas (300 m2)y poco iluminadas con una majestuosa chimenea.



En la parte superior, encima de los sótanos, se encuentra el dormitorio de los monjes, del siglo XIII, cubierto por un armazón de arcos diafragmáticos reforzados, en la parte exterior del habitáculo, por contrafuertes añadidos en el siglo XIV.



La antigua iglesia románica de la abadía está formada por una sola nave, del siglo XI, casi en su totalidad derrumbada actualmente, abovedada con ojivas y flanqueada por nervios en medio punto. Termina en un presbiterio travesero a la par abovedado. Un transepto muy antiguo se abre entre los nervios de los costados. Los tres absidiolos semicirculares rematadas por arcos ciegos, las almenas superiores del siglo XIV y un travesaño en cruz ya de estilo gótico, terminan de configurar la nave.





En esta parte de la abadía se encuentra la torre fortificada (inacabada) elevada en la primera mitad del siglo XV, de plano octogonal, construida a semejanza de la torre de la catedral de Mirepoix; desde su campanario, de 40 metros de altura, se domina perfectamente la cuenca del valle del río Orbieu.



Cuando terminamos la visita, nos encaminamos hacia la otra parte de la abadía. Nuestra sorpresa fué que estaban cerrando ya, y que casualmente al día siguiente no abrían. Con lo cual nos quedamos sin ver esa zona de la abadía... o sea, las dependencias propiamente dichas de los monjes... pero le hicimos una foto al jardín de la entrada antes de marcharnos, jeje...



Y dando un último paseo por el pueblo, tomando otra perspectiva de la Abadía al completo,



nos marchamos de Lagrasse hacia nuestro siguiente objetivo... pero os lo cuento ya en una segunda parte, pues se está haciendo excesivamente largo todo el relato...

6 comentarios:

  1. Muy Chulo!!!!, vaya año lleváis de vacaciones.... Que envidia (sana) me dá.

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  2. Sí, jejeje este año hemos salido mucho... a ver si el año que viene podemos sacar también muchos días y disfrutarlos...

    Gracias.

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  3. ¡vaya familia más aventurera, me encanta!, seguir disfrutanto todos en familia y seguir poniendolo para que los demás podamos disfrutar aunque sea por la pantalla, un besazo para todos y en especial para Pili que se lo está currando y además muy bien.

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  4. Uyss... me estoy sonrojando, jejeje...

    Gracias a ti por leernos.

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  5. me parece un viaje increible ,es el que quiero yo para este verano .
    Muchas gracias por compartirlo , me va a ayudar un monton!!!!!!!!!!!!!

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  6. Hola Cherokee... pues nada, ya sabes... este verano a descubrir el país Cátaro, jejejeej la verdad es que fué una gozada...

    Gracias por pasar por aquí y dejar tu comentario.
    Un saludo.

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