Bienvenido a nuestro blog.

Antes de comenzar a leer, te recomiendo que te pongas cómodo, los relatos por lo general son largos, así que... prepárate un cafetillo (o cualquier cosa que te apetezca), relájate... y disfruta de la lectura.



Espero que te guste y vuelvas pronto para leer mi próximo viaje..







sábado, 21 de junio de 2008

Semana Santa en Lisboa

Pues sí. Por fín salimos de la piel de toro (al menos de la que forma parte España). Teníamos muchas ganas de cruzar la frontera y probar suerte fuera de España, y en Semana Santa, aprovechando que teníamos nueve días, pensamos que era una muy buena oportunidad para salir al menos a Portugal, que tampoco nos pilla excesivamente lejos.

viernes, 20 de junio de 2008

Carnavales en Villarrobledo

Bueno, pues pasó la Navidad, y estuvimos algo así como un mes y algo sin sacar la autocaravana. Pero al fin llegaron los carnavales, y como algunos de los socios de Acama son de Villarrobledo nos propusieron una quedada allí y aprovechábamos para visitar Villarrobledo en carnavales, así que allá que nos fuimos ese fin de semana. Además nosotros teníamos aún tres días más, porque para los críos era la semana blanca, así que, pensabamos aprovechar esos días yendo después a visitar Cuenca.

Ya teníamos ganas de movernos, jejejej así que, en cuanto llegó el viernes por la tarde salimos pitando hacia Villarrobledo. Cuando llegamos hacía un frío que pelaba. Bajamos, y saludamos a los que ya habían llegado... y enseguida a tomar un bocado. Quedamos para después tomar un café en una cafetería cercana, y así lo hicimos.

En cuanto acabamos de cenar, bajamos de la auto y nos juntamos con el resto de amigos para tomar un cafetillo antes de ir a la cama.

Y así acabó el viernes. A la mañana siguiente, desayunamos y salimos a dar un paseito, aunque el tiempo no acompañaba. De hecho, habíamos planeado para ese fín de semana hacer un arroz caldoso pero entre que no hizo buen tiempo, y que faltó el que llevaba el sartenón.... lo dejamos para otra ocasión.

Total, que se nos hizo media mañana y nos reunimos para hacer una asamblea que también teníamos prevista.
La asamblea se alargó bastante, y se hizo la hora de comer rápidamente. Cuando terminamos, a comer cada uno a su auto, y quedamos para la tarde, para ver el desfile de carnavales.

Yo sabía que Villarrobledo tenía fama por sus carnavales, pero no me imaginaba que se lo currasen tanto, la verdad, me impresionaron bastante. Nos colocamos en un buen sitio para poder ver bien todo el desfile, y no nos perdimos nada. Lo pasamos genial entre carroza y carroza, y con la música, el ambiente... en fin... disfrutamos mucho esa tarde, la verdad.

Cuando todo terminó, decidimos volver y tomar un bocado, pero luego, tendríamos que disfrazarnos e ir hasta la plaza del pueblo, en la que habían instalado una carpa.

Y eso es lo que hicimos. Después de disfrazarnos (nosotros íbamos de piratas) salimos con el resto de la gente con la intención de pegarnos unos bailes y tomar una copilla. Cuando llegamos a la carpa ya estaba llena de gente, con un grupo tocando música y una gran animación. Así que no hizo falta empujarnos mucho para ponernos a bailar y pasarlo bomba.

Pensabamos quedarnos hasta más tarde, pero mis hijos se aburrieron enseguida (este es el problema de los que llevamos niños) y tuvimos que cortar y llevarlos a acostar, así que (y con todo el dolor de nuestro corazón) dejamos al resto de amigos que siguieran con la juerga y nos fuimos (junto con otros que también se retiraban) derechitos a dormir.

Así se hizo la mañana del domingo... estuvimos dando paseos, y a media mañana tomamos una caña con algunos de nuestros amigos... mientras se hacía la hora de comer, en la que había prevista la visita a unas bodegas.

Las bodegas Aresan

Una preciosidad. Quedé muy impresionada por el bonito edificio y demás instalaciones. Nos mostraron toda la bodega, y todo el proceso de recolección, envasado y demás. Nos enseñaron toda la instalación y para finalizar, nos dieron un pequeño ágape para probar todas las variedades.

En realidad salimos comidos, pues pusieron muchas cosas para picar (evidente, para probar tanto vino) y probamos todas las variedades que comercializaban.

Tengo que decir que estaba el vino tan rico, que antes de salir, compramos algunas botellas para tomar en casa. La bodega una maravilla, la atención estupenda, y el vino, riquísimo.

Al terminar, nos fuimos otra vez para Villarrobledo (pues las bodegas están en las afueras) y aparcamos en el mismo sitio.

Como ya era domingo, muchos decidieron marcharse directamente para sus casas, pero nosotros, como teníamos previsto marchar al día siguiente en dirección a Cuenca, nos quedamos otra noche a dormir allí. Y aprovechamos esa tarde para ir a ver otro desfile de disfraces de carnaval, pero esta vez, infantil.

Lo pasamos de vicio, viendo a niños pequeñitos tan bien disfrazados, la verdad es que nos gustó muchísimo, se nota que en Villarrobledo se toman muy en serio los carnavales y le echan muchas ganas, porque los disfraces eran todos muy buenos.

Al terminar todo, volvimos a la autocaravana, y como ya era tarde, nos preparamos para tomar un bocado y acostarnos.

Por la mañana, nos levantamos pronto para salir cuanto antes.

Buscando una ruta entretenida (para los niños) y para andar un poco, dimos con “La Ruta de las Caras”. Esta ruta, se encuentra en Buendía, a orillas del pantano. Al llegar al pueblo, tomas una carretera comarcal (muy bien señalizada, por cierto) y te lleva directamente al sitio de comienzo.

Al llegar, entre olivos y pinos, se puede dejar el coche en una amplia explanada aconsejada para aparcar. Llegamos cerca del mediodía, y decidímos dar el paseo (es aproximadamente de una hora) y comer después tranquilamente. Así pues, nada más aparcar, cerramos la autocaravana y empezamos a investigar por los alrededores. Como no sabíamos lo que nos ibamos a encontrar, llevabamos impresa la información que habíamos visto en internet, con la ruta completa y la foto de todas las caras.

Con eso y algún que otro letrero (que como digo, había indicaciones), comenzamos la ruta siguiendo un sendero bien definido que nos llevo hasta ver todas las caras.

El paseo es gratificante, las vistas del pantano y el monte preciosas, y las caras, que son obras de arte realizadas sobre las rocas, impresionantes. Algunas, de tres metros de altura; otras, algo más pequeñas, pero todas sorprendentes.

Los niños disfrutaron muchísimo, pues ellos llevaban los papeles con la ruta y las fotos y eran los que las iban descubriendo, por lo que disfrutaron de lo lindo todo el trayecto.

Al terminar el recorrido, hay que volver hacia atrás, pues no es un circuito, y aunque se puede ir monte a través, la verdad es que nosotros preferimos volver por donde habíamos venido. Después del paseo, subimos a la auto, comimos tranquilamente entre los pinos a la sombrita, y descansamos un ratito antes de dirigirnos hacia Cuenca, donde pensabamos pernoctar.

Después de haber descansado, nos pusimos en marcha, y como Buendía no está muy lejos de Cuenca (a una hora, más o menos) llegamos antes de anochecer.

Hay dos posibilidades buenas para pernoctar en Cuenca. Una es el aparcamiento que hay arriba del todo junto al castillo. Aunque es una buena opción, nos habían comentado que era muy solitario de noche, (aunque si quieres tranquilidad, es estupendo) y a nosotros nos pareció mejor el otro, el que está frente al Auditorio. No es muy grande, pero está debajo de las Casas Colgadas, estás en el centro de la ciudad, y además, es exclusivo, para autobuses y autocaravanas. Es privado, por lo que está vigilado de miercoles a domingo y no es gratis. A nosotros, solamente nos cobraron una noche, y nos salió por 5 euros, por que entramos el martes y porque se portó muy bien el vigilante.

Así que llegamos frente al auditorio, aparcamos, y salimos un ratito a dar una vuelta por el casco antiguo.

Precioso, pero las cuestas son de aupa. Llegamos casi sin aliento hasta las casas colgadas, cruzamos el puente que atraviesa el río (impresionante para quien no haya estado nunca, pues tiene una altura enorme) y llegamos hasta el parador, que está al otro lado.



Volvímos a cruzar, y fuimos recorriendo callejuelas y descubriendo bonitos rincones. Uno de los que más nos llamó la atención fue un pasaje entre dos calles. En el interior del pasaje, un gran azulejo cuenta la leyenda del Cristo del Pasadizo.



Después de leerla detenidamente y dejarnos sorprendidos con la historia, seguimos paseando cuesta arriba hasta llegar a la plaza, donde está la Catedral que no pudimos ver en ese momento por estar cerrada ya.

Subiendo, subiendo, llegamos hasta el castillo, y después de tomar algo de aliento, decidimos ir bajando (entre otras cosas porque todo estaba cerrado y ya no se veía nada) poco a poco.
Descubrimos un atajo para bajar. Una cuesta llamada La cuesta de Santa Catalina, que lleva directamente al lado del aparcamiento donde teníamos la auto. Si no, te toca dar la vuelta a media ciudad.
Cuando llegamos al aparcamiento, cena y todos a dormir, cansados de todo el día.

Teníamos un día y medio más, y como nos apetecía ver también el nacimiento del río Cuervo y la Ciudad Encantada, decidimos que eso lo haríamos al día siguiente, dejando la visita a Cuenca para el día en que nos marchásemos, por no hacer todos los kms. el mismo día.

Así pues, en cuanto nos levantamos, desayunamos y nos organizamos, salimos en dirección al nacimiento del río Cuervo, ya que está más alejado. Queríamos ver por la mañana el nacimiento, y a la vuelta, la Ciudad Encantada.

Son pocos kms., (unos 80) pero con tanta curva y tanto puerto, hay que ir despacio y se tarda bastante en llegar. Nosotros, además, entre que paramos a repostar (por no quedarnos secos en medio de la sierra) y que paramos también a comprar en un supermercado (es el que nos aconsejaron en la gasolinera, yendo para el nacimiento, en Villalba de la sierra, no hay que desviarse apenas) llegamos casi a la una.

Aparcamos la AC, y nos dispusimos a dar un buen paseo hasta llegar al nacimiento. Nos llevamos una pequeña mochila con bocadilletes y agua, para tomar un bocado al llegar. Está también todo muy limpio, y muy bien organizado, con rampas para minusválidos y carritos para bebés. La pena es que no había tanta agua como debiera, pero es un paisaje precioso, digno de visitarlo.

Aunque escogimos la ruta más larga para hacer un buen paseo y estirar las piernas, terminamos relativamente pronto, así que decidimos ponernos en marcha y salir hacia la Ciudad Encantada, para que no se nos hiciera de noche antes de tiempo.

La Ciudad Encantada está a unos 36 kms. de Cuenca, o sea, que nos hicimos unos 50 aproximádamente de vuelta, hasta llegar.

Llegamos sobre las 3. Dispusimos todo para comer, y descansamos el tiempo justo. A las 4, ya estabamos dispuestos a bajar (antes que se fuera la luz, pues no recordábamos el tiempo que se tarda en verla entera) y preparados.

Las entradas cuestan 3 euros por persona (sean adultos o niños) y después de pasar por taquilla (y comprar un plano -0’50 euros- para no perdernos por allí, nos dispusimos a caminar.
La Ciudad Encantada es también un sitio precioso para pasear. La belleza de las piedras erosionadas por la naturaleza, y el entorno de la campiña, crean un ambiente estupendo y relajante. Cada tanto, hay bancos para poder sentarse y seguir disfrutando de las vistas. También es un sitio muy cuidado, y limpio. Y adecuado también para las familias con niños, que pueden dejarlos correr y disfrutar adivinando las formas de cada piedra, y consultando la guía. Se tarda también alrededor de una hora, aunque siempre te entretienes más... nosotros acabamos sobre las 5’30, una hora estupenda para reposar un rato en la auto, y salir tirando en dirección a Cuenca.

Otra vez llegamos al aparcamiento frente al Auditorio. Como llegamos temprano, decidimos pasear un rato por la ciudad, esta vez por la parte moderna. Aunque al final, acabamos de nuevo en el casco antiguo, ya que queríamos saber el horario del Museo de las Ciencias, para subir temprano por la mañana.
La bajada, otra vez la cuesta de Santa Catalina.

Impresionante Cuenca de noche. Si de día gusta, con sus edificios y sus vistas de las hoces del Júcar y del Huécar, de noche impresiona,





pues tiene focos ámbar recorriendo las mismas hoces, y la zona rocosa frente a los edificios. Las luces que alumbran las casas colgadas y el puente, en fin... la iluminación nocturna le da a Cuenca un encanto especial.

Así termino el día, bajamos a cenar y a dormir hasta el día siguiente.

Por la mañana, nos levantamos tempranito para subir la cuesta (es mejor bajarla, jejeje) y llegar hasta el Museo de las Ciencias. Las entradas para los cuatro, incluyendo el Planetario: 4’50 euros.

Estuvimos prácticamente toda la mañana recorriendo las salas del Museo. Interesante y muy educativo. Tiene una sala dedicada al pasado del hombre. Otra dedicada al futuro, y otra en la parte superior dedicada a Castilla-La Mancha.

Después de la visita educativa, llegamos hasta la puerta de la Catedral a la 1. Cierran a las dos, así que nos dejan entrar avisando, ya que la visita es larga. Tienes opción a alquilar un audioguía, a nosotros nos costó la visita 7 euros.

Desde luego merece la pena, es una catedral preciosa. Tiene innumerables detalles y es una maravilla. Además, en la parte del sótano tenían una exposición de cuadros muy buena y aprovechamos para verla al mismo tiempo. Llegamos a la salida a tiempo, aunque las últimas cosas tuvimos que verlas un poco deprisa, pero mereció la pena.

Y esto es todo, al salir, nos dirigimos a la AC, comimos tranquilamente, y al terminar, después de descansar un poco, enfilamos hacia nuestra casa.

Como siempre, nos resistíamos a llegar, al tiempo que ya íbamos elucubrando sobre nuestra próxima salida.

viernes, 13 de junio de 2008

Javalambre en Navidad

No tardamos mucho en encontrar la ocasión para estrenar el trineo que compramos en Sierra Nevada. Aprovechando que otro de mis cuñados fué al mismo pueblo de Granada (Armilla), le encargamos la compra de las cadenas (aquellas que fuimos nosotros a comprar, pero que no pudimos por estar cerrado) y el fin de semana entre Navidad y Año Nuevo nos fuimos otra vez en busca de la nieve.

Decidimos que iríamos a Javalambre. Nos habían hablado muy bien de la zona, y como sabíamos que había nevado recientemente, pues esperabamos encontrar algo de nieve. Así que, sin pensarlo mucho, preparé la ropa y la despensa de la auto, y salimos cortando (esta vez nos fuimos solos) hacia Teruel el día 26, justo después de Navidad que caía en miércoles. Teníamos pensado estar en Javalambre hasta el domingo 30, ya que nos gusta pasar los días más señalados de la Navidad con nuestras familias...

Pues nada... nos ponemos en camino y la verdad es que en carretera no tuvimos ningún problema... el viaje dura bastante, así que tampoco quisimos hacer muchas paradas para llegar de día, y no tener problemas a la hora de aparcar... por lo demás, el viaje resultó una maravilla, salvo que fuimos por el camino más difícil y en vez de pillar la carretera en mejor estado, subimos hasta Javalambre por Camarena de la Sierra... y la verdad, la cuesta por enmedio del pueblo me acongojó un poquitín, jejejeje.... pero bueno... la dragoneta demostró que tiene un buen motor y subimos por toda la cuesta hasta llegar a la parte más empinada del pueblo, enlazando con la carretera (que debíamos haber cogido en un principio) y que llevaba directamente a Javalambre.

Cuando llegamos, estaba a punto de oscurecer, pero aún se veía bien.



La belleza del lugar nos impactó... ver todo tan blanco, era impresionante... aquí sí que había nevado últimamente... aunque la carretera por la que habíamos venido no tenía apenas nieve (se nota que los quitanieves estaban ya en plena forma) conforme ibamos entrando en la estación, más nieve había... llegamos hasta el final del aparcamiento... hasta arriba de nieve. Nos extrañó que no había ni un alma por allí, pero como ya era tarde (serían las siete y pico o las ocho) y se veía todo cerrado, pues pensamos que sería normal... lo que no nos parecía normal era no ver a ninguna AC más por allí. Es que estabamos total y absolutamente solos...

Aparcamos (al fondo del todo, yo creo que más al fondo no podíamos aparcar...) y nos bajamos para dar un pequeño paseo y ver aquello.

Para quien no haya estado nunca en Javalambre, diré que al contrario que en Sierra Nevada, que cuando es temporada es todo animación y no paras de ver gente por todos sitios incluso por la noche, la estación de Javalambre se compone de un par de edificios (la cafetería y la tienda de alquileres y forfaits)... y poco más. Y como esas tiendas quedan cerradas alrededor de las 6 de la tarde, pues resulta que cuando llegan las siete, allí no queda un alma, ya que el pueblo más cercano es Camarena de la Sierra, y queda a unos cuantos kilometros de allí... con lo cual, aquello se queda más sólo que la una desde las seis de la tarde hasta las ocho de la mañana siguiente...

Pues nada... dimos el paseo, y nos acercamos hasta los edificios... ya había oscurecido, y observamos que cuando pasamos por delante de los establecimientos se encendieron unos grandes focos... y un poco más allá, vimos a otro grupo de personas también paseando.
Por curiosidad, nos acercamos hasta la gente para ver que hacían por allí a esas horas de la noche, para descubrir que eran dos familias de autocaravanistas (que bien... que contentos nos pusimos al enterarnos), que habían llegado hacía un rato, y habían dejado las autos justo a la entrada, delante de los edificios.

Tras un ratillo de presentaciones y charla, cambiando impresiones y comentando que nosotros teníamos la AC aparcada al fondo del todo, nos animan a traerla hasta donde ellos estaban (pues la verdad, era mejor ubicación, ahora al estar más) y aparcarla a su lado.
A todo esto, llegó un empleado de la estación diciendo que habían saltado las alarmas de detección de movimiento (evidente, llevabamos allí una hora dando vueltas de reconocimiento por toda la zona...) y nosotros nos disculpamos, diciendo que seguramente habríamos sido nosotros pero que ya nos marchábamos a nuestros vehículos para no molestar más por esa noche.

Seguidamente, Toño se fué a mover la auto y colocarla junto a las otras dos. En realidad, para nosotros fué un alivio encontrar más gente para no pasar la noche solos. Parece que al estar acompañado, simplemente sabiendo que hay alguien a tu lado te encuentras más a gusto que totalmente solo, enmedio de la montaña (y de la nieve).

Al fin, la AC quedó colocada más arropada ahora. Estuvimos un buen rato charlando con los dos matrimonios de Madrid, hasta que se hizo la hora de cenar. Nos despedimos hasta el día siguiente y nos pasamos a cenar y a descansar.

Lo malo es que se levantó ventisca... y durante toda la noche no dejó de nevar, y de moverse aire... pero un aire, que daba miedo. Entre los sonidos del viento, y los meneos de la auto, que parecía que se iba a despeñar de lo fuerte que se movía (yo no hacía más que preguntarle a Toño si había puesto bien el freno de mano, porque en cualquier momento, me daba la impresión de que saldríamos disparados montaña abajo).

Tanto era el aire de la ventisca, que se nos apagó la calefacción (con el frío que hacía, jejej). No sabíamos cual era el motivo, pero a eso de las cinco de la mañana, se nos apagó la caldera y no había manera de hacerla funcionar... menos mal que llevabamos los nórdicos (qué gran invento...), y como la auto estaba calentita, llegamos al día siguiente con buena temperatura, pero teníamos que solucionar el tema por la mañana o tendríamos que irnos, porque sin calefacción, a ver quién era el guapo que se quedaba allí.

Y así, llegamos al día siguiente, jejeje empezamos a ver llegar a toda la gente, los trabajadores, y los que venían a esquiar... pero la ventisca no cesaba...

El caso es que hablando con los de las otras autos, solucionamos el problema de la calefacción (parece que era algo común en este tipo de calefacciones, que el aire se colaba por arriba y apagaba la llama), había que subir y poner algo en la chimenea para que bloquease la entrada de aire por el lado en que venía... así que, subimos y pusimos una tabla gruesa que llevabamos de forma que entrara aire sólo por el lado contrario. De esta forma, la calefacción funcionó otra vez de maravilla... a respirar, y a disfrutar del día entre la nieve...



Antes de sacar los trineos, los críos tenían ganas de dar unas clases con esquíes, así que, fuímos a ver como estaba el tema... después de algunas gestiones, al final, les alquilamos los esquíes (junto con el casco y los bastones) para todo el día, y les conseguimos un par de horas de clases con un monitor.

Aunque el día no estaba muy católico que digamos, las clases las dieron estupendamente, y pudieron disfrutar de lo lindo...

Mientras, mi marido y yo, tomando un café calentitos en la cafetería... y observando a los peques....

Cuando las dos horas acabaron, fuimos derechos hasta la autocaravana. Los críos se cambiaron de ropa, y tomamos algo de comer, pues ya era mediodía. Es que, entre arreglar el tema de la calefacción y demás, comenzamos un pelín tarde la mañana.

Después de comer, y como el alquiler de los esquíes era para todo el día, los críos aprovecharon y estuvieron esquiando mientras la estación estuvo abierta.... mientras tanto, nosotros nos dedicamos a charlar con los vecinos de AC, y observábamos a la gente sobre la nieve. Pasamos el día en un pis pas (jolín, es que a las cinco ya era casi de noche... como cunden los días en las estaciones de invierno, jejejj)



A todo esto, la ventisca que no cesaba... entre el ruido que se oía cuando estabamos dentro de la auto, y los movimientos (que parecía que iba a salir volando) la verdad es que imponía bastante....
Además, nos habían dicho que el tiempo seguiría así... y seguramente empeoraría... así que, acordamos que a la mañana siguiente nos iríamos de allí...
Los otros dos matrimonios también se iban a marchar... creo que era lo mejor, entre que el tiempo no era muy bueno (uno de los remontes lo habían cerrado por la ventisca) y luego, si nevaba... pues la carretera no estaría tampoco muy bien... así que, pensamos que por la mañana, aprovecharíamos cuando bajase el quitanieves y nos bajaríamos detrás.



De momento, estaban cerrando la estación otro día más, y nosotros devolvimos los esquíes. Mis hijos tomaron algo para merendar, y a continuación sacaron el trineo para estrenarlo. En Javalambre sí que tienen una buena bajada para jugar con los trineos... y allí también disfrutaron los críos un buen rato... bueno... que no dejaron de tirarse hasta la hora de cenar, vamos....

Cuando llegaron... se cambiaron de ropa, cenamos, y vimos un ratillo la tele hasta caer rendidos.... los críos habían pasado un día espléndido a pesar de las inclemencias del tiempo, y habían jugado de lo lindo con la nieve, que era uno de los objetivos...

A la mañana siguiente, viernes, la ventisca parecía que había cesado un poco. El quitanieves había bajado ya un par de veces, y los críos habían jugado otro rato con el trineo...

A eso de media mañana, salió el sol y nos comentaron que la carretera estaba bien para bajar... así que, aprovechamos una de las bajadas del quitanieves y salimos las tres AC's detrás siguiendo sus pasos... hasta llegar a la zona más baja.

Cuando llegamos abajo... los otros matrimonios pararon y les invitamos a un café antes de la despedida.
Si este mundo del autocaravanismo es bonito, en parte, se debe a la gran cantidad de gente maravillosa que conoces por el camino...
Después del café e intercambio de teléfonos, nos despedimos, esperando vernos en algún otro lugar, y cada uno salimos en una dirección.

Nosotros, después de pensar durante algunos kilómetros, nos decidimos por volver a casa y preparar tranquilamente la fiesta de nochevieja. Ya tendríamos más ocasiones para visitar nieve, y que los niños disfrutaran de ella.

Y así fué como regresamos a casa del que sería el último viaje del año. Con la alegría de haber pasado un par de días estupendos y la pena de tener que volver tan pronto a casa... y con la esperanza de poder salir cuanto antes hacia nuevas aventuras.

Viaje a León





En esta ocasión, el motivo del viaje se lo debemos a mi cuñado. Resulta que tenía una invitación de una noche gratis para dos personas en el Parador Nacional que quisiera, pero aún no lo había utilizado... y como veía que seguramente no lo iba a utilizar (y caducaba a fin de año), decidió dárselo a mi marido para que lo usásemos nosotros... Así que, decidimos buscar un Parador que nos llamase la atención y marcharnos un fin de semana solitos para disfrutarlo.... En principio, nos apetecía uno que hubiese sido un castillo o algo similar, y eso fuimos buscando... y ahí vimos el Monasterio de San Marcos en León, del cual quedamos prendados... el único inconveniente es que León pilla excesivamente lejos de Albacete como para ir con el coche un día, dormir en el parador y volver al día siguiente.... Así surgió la idea de utilizar la autocaravana. Nos la podíamos llevar hasta León un fin de semana, dejarla bien aparcada en un área de autocaravanas (que casualmente estaba al lado prácticamente del Parador), dormir en el Parador la noche del viernes al sábado... y pasar el día siguiente viendo León, dormir de nuevo por allí en la auto la noche del sábado al domingo, y el domingo, volver para Albacete. Ya no sería tanta paliza, y podríamos pasar un fin de semana estupendo en León... y solos (sin niños, jejejeje) y eso hicimos... Para aprovechar más el fin de semana, salimos un viernes por la mañana, nada más dejar a los nenes en el cole (ya teníamos hablado con los abuelos que los recogieran y se hicieran cargo de ellos el fin de semana). Hacía tiempo que no viajaba a solas con mi marido, y la verdad es que aunque lo pasamos en grande, echamos mucho de menos a los críos... el viaje tranquilo... disfrutando del paisaje, música buena... charlando los dos sin parar... en fin... que despues de parar en un par de ocasiones para descansar, llegamos a León a buena hora por la tarde, y fuimos derechos al área para dejar la autocaravana bien aparcada y cerrada, ya que nosotros no pasaríamos la noche en ella...Después de dejar todo bien colocado y cerrar bien la autocaravana nos encaminamos hacia el Parador, que pillaba a unos metros de allí... Fuimos dando un paseo, pasamos por la orilla del río, y llegamos hasta la fachada del Parador, el Monasterio de San Marcos, que era un antiguo Monasterio-Hospital del siglo XVI y que sucede a otro del siglo XII de tiempos del rey Alfonso VI.

Una belleza...Pasamos a la recepción para recoger las llaves de la habitación...

Una maravilla... yo flipaba en colores... la recepción, que está en la zona antigua del edificio, es una pasada... después pasamos a la zona de las habitaciones y dejamos un macuto con los pijamas (no necesitabamos más ropa, pues el resto lo teníamos en la auto...) y una bolsita con lo imprescindible de aseo por la mañana. La habitación era una monada...

y después de pasar y acomodarnos, viendo que aún era buena hora, salimos a dar un paseo. Recorrimos todo el Parador, su claustro... sus pasillos... su biblioteca...la capilla, que aunque su acceso es por el exterior, se veía también desde el interior a través de grandes ventanales, y pudimos acceder al coro, ya que su acceso sí que era desde dentro del Parador. Bueno, pues nos recorrimos todo el Monasterio, de arriba a abajo. Y después, nos abrigamos bien y salimos a dar una vuelta, pasando por delante de la catedral...




cuya fachada nos impresionó muchísimo (y que como ya estaba más que cerrada dejamos su visita para el día siguiente), hasta llegar al famoso barrio húmedo, del que tanto habíamos oído hablar...y por supuesto, cuando llegamos hasta esa zona pasamos a cada uno de los bares que nos ibamos encontrando... probando tapa y chato de vino... total... que terminamos poco menos que a gatas, jejejej cuando ya no podíamos más, dimos la vuelta y derechitos al hotel... que nuestros cuerpos no daban para más. A la mañana siguiente, bien tempranito, nos levantamos y bajamos a desayunar (el desayuno también iba incluido) al buffet libre del Parador. Nos pusimos las botas, y después subimos a la habitación para recoger todas las cosas y dejar (con mucha pena, todo hay que decirlo...) la llave en recepción. Después de dejar el Parador, nos acercamos hasta la auto para revisarla y dejar el macuto con los pijamas, para volver a marcharnos y hacer la visita turística por León. Como estuve mirando por internet lo más interesante a visitar, encontré por casualidad una página en la que se hablaba de "León oculto". Se trata de seguir una ruta buscando en los monumentos y fachadas de los lugares más emblemáticos, detalles curiosos y "ocultos". Es una forma de recorrer toda la ciudad y al mismo tiempo conocer la ruta Jacobea. Me gustó la idea, y recogí la información necesaria para realizar la ruta, así que, esa mañana del sábado decidimos levantarnos temprano y recorrer la ruta de "León oculto"... sería una bonita forma de conocer lo más representativo de León, al tiempo que formábamos parte de un juego. La mañana se nos estropeó un poco, porque comenzó una lluvia fina que duró un buen rato... pero conseguimos pasear por todo León.... y asi pasamos por lugares como la Basílica de San Isidoro... O por la calle ancha, con edificios como la Capilla del Cristo de la Victoria... La Diputación Provincial o Palacio de los Guzmanes... La casa Botines, otra obra de Gaudí... Y otros edificios destacables por sus fachadas, con bellos azulejos... De esta forma, llegamos hasta la Catedral... Una maravilla, que se alzaba ante nosotros orgullosa... Una anécdota de este viaje es que antes de entrar a la Catedral, ibamos leyendo la información que teníamos sobre ella, y entre otras cosas, ponía que destacaba entre otras cosas por sus bellas vidrieras, de lo mejorcito de España. Mi marido y yo, comentamos entre nosotros, que seguramente serían destacables, pero que tampoco sería para tanto, y sería una de tantas cosas que te dicen para que vayas a ver el monumento... en esas estabamos, cuando pasamos a la Catedral... y tengo que decir que ambos nos quedamos boquiabiertos... ahora sí nos explicábamos lo que se decía de las vidrieras, pues es la mayor exhibición de bellas vidrieras juntas que he visto en mi vida, una detrás de otra, seguidas, a lo largo de las altas paredes de toda la Catedral... en fin... un espectáculo de luces (a causa de los cristales de colores) digno de ser visitado. En fin... que para donde mirábamos, había vidrieras, y además bellísimas.... De allí seguimos ruta... pasamos por la Rua, y llegamos hasta las Concepcionistas, convento del siglo XVI que fue construido sobre un antiguo palacio. Está habitado por monjas de clausura, que viven apartadas del mundo exterior, por eso las ventanas están cubiertas por celosías de madera... También visitamos Santa María del Mercado... La Puerta Moneda... Y Santa Ana... Recorrimos las calles, cruzándonos también con bonitos parques... Y aprovechamos para comprar lotería de Navidad, y un poco de cecina, como no... al tiempo que seguíamos observando las casas, algunos edificios con ventanales haciendo esquina... Algo que no había visto nunca (o nunca antes me había fijado) y que después, en otro viajes, comprobé que eran más bien típicos de la zona de Extremadura. Después de toda la mañana pateando León, volvimos hacia donde estaba aparcada la auto y nos dispusimos a comer. Descansamos mientras veíamos un rato la tele y tomábamos un café. Como ya habíamos recorrido León y nos apetecía movernos, decidimos salir de la ciudad y nos encaminamos hacia Astorga, ya que nos habían hablado muy bien y no nos queríamos volver sin visitarla. Aunque la distancia no es mucha (unos 50 kms.)el viaje se nos hizo larguísimo pues había una niebla pesada (y eso que era poco después del mediodía) que no debaja ver a tres palmos de distancia.... y además, a medio camino, un loco se puso a adelantar en sentido contrario y por poco nos lo comemos con patatas... Menos mal que al final llegamos bien, pero pasamos un mal rato por culpa de ese inconsciente... En cuanto llegamos a Astorga, aparcamos bien la AC y nos bajamos para dar un paseo y ver la localidad hasta la hora de cenar. Lo más impactante, por supuesto, el palacio episcopal realizado por Gaudí, que no pudimos visitarlo en ese momento porque ya lo estaban cerrando, así que dejamos la visita para por la mañana... Y la catedral junto a su museo... Esto sí nos dió tiempo a visitarlo antes de que lo cerrasen... así que pudimos ver los objetos y pinturas de valor que en él se exponían. Una vez realizada la visita, dimos un paseo por el centro del pueblo... compramos chocolates de sabores... y llegamos hasta la plaza del pueblo. Otra cosa que me pareció curiosa y no había visto antes es el reloj que hay en el ayuntamiento de Astorga.... las figuras de un chico y una chica a cada lado de la campana del reloj, y cada media hora, o cada hora, las figuras hacen sonar la campana alternándose... curioso de ver, jejej yo me quedé hasta poder observarlo un par de veces... En ese momento me acordé de mis hijos, pues me hubiera gustado que ellos vieran el reloj y como se movían las figuras para tocar las campanadas... El cocido maragato, tan típico de Astorga no lo llegamos a probar, pues ya no era la hora de comer... y al día siguiente teníamos pensado salir antes del mediodía, así que eso es algo que ha quedado pendiente para la próxima visita a Astorga... De cualquier forma, al terminar de ver las campanadas del reloj pasamos a una de las cafeterías en la plaza y nos tomamos una caña, para refrescarnos un poquito, jejejeje Al terminar, y después de descansar un rato, seguimos la marcha... ahora el paseo de vuelta hasta la auto... pasamos por al lado del Museo del chocolate y seguimos en dirección a la Catedral, que era donde habíamos dejado la AC. Cuando llegamos ya era algo tarde, cenamos algo y a dormir, que por la mañana, teníamos prevista la visita al palacio de Gaudí... Y así llegó el día siguiente... nos levantamos tempranito y como era aún pronto para entrar al Palacio, aprovechamos para pasear por las callejuelas... vimos las termas romanas desde fuera... y paseamos a lo largo de la muralla... tomamos un cortado en una cafetería cercana al Palacio... y se hizo la hora de entrar a visitarlo... Una preciosidad el Palacio Episcopal... como todas las obras de Gaudí... impactante... Al terminar, eran ya más de las 12 del mediodía, y decidimos ponernos en marcha, pues nos quedaba un largo camino hasta Albacete. Recogimos las cosas, y tranquilamente, salimos de Astorga con la única pena de no haber probado el cocido maragato... (otra vez será...) El viaje tranquilo, como siempre... esta vez, deseando llegar para ver a mis hijos... pues llevaba tres días sin verlos.... pero al mismo tiempo (y aunque he de decir que estos dos días y medio dieron para mucho y vimos muchísimas cosas interesantes...)me daba pena que el viaje llegase ya a su fín... pero así son las cosas... y ahora tocaba preparar la siguiente salida...

Encuentro de Acama en Villarrobledo

A finales de año, tuvo lugar también la primera reunión para la creación de ACAMA, la Asociación Castellano Manchega de Autocaravanistas.

Creada desde dentro del foro de AC Pasión y después de algunos mensajes para acordar un encuentro entre los interesados en crear dicha asociación, se llevó a cabo el primer encuentro, en el que se constituiría la asociación como tal y se crearía la primera junta directiva, además de conocernos los socios personalmente....

Puesto que tres de los asociados son de Villarrobledo y en este municipio estaban muy interesados por la creación de un área para autocaravanas, se decidió realizar en este lugar la primera de las reuniones.

Así pues, un viernes por la tarde salimos hacia Villarrobledo, que como está a poca distancia de Albacete, más bien nos pareció un paseo hasta la localidad.

El tiempo era frío, y cuando llegamos, costaba bajarse de las autos para saludar a los demás, pero las ganas de conocernos en persona todos los integrantes fundadores de la asociación, nos hizo bajar rápidamente y saludar a todo el mundo.

Después de las presentaciones y tras un buen rato de charla, decidimos tomar un bocado cada uno en su vehículo y juntarnos después todos y tomar un café en una cafetería próxima, para seguir cambiando impresiones.

Aunque en este viaje el motivo principal no era conocer la zona ni los lugares de interés, lo relato también porque a partir de ese momento formamos parte de esta asociación que es Acama, y por tanto, algunos de nuestros viajes estarán enfocados a reunirnos con los demás socios para conocernos mejor y entablar nuevas amistades.

Después de cenar, tal y como habíamos acordado, nos reunimos todos en una cafetería cercana y tomamos unos cafés mientras comentabamos con ilusión todo lo que queríamos llevar a cabo mediante la creación de esta nueva asociación.

Cuando nos cansamos de hablar, y de comentar temas de todo tipo, nos fuimos cada uno para su auto a descansar, ya que a la mañana siguiente estaba prevista la Asamblea en la cual se llevaría a cabo todo lo necesario para comenzar.

Lo que no habíamos previsto eran las bajas temperaturas, y como consecuencia, el gas butano que llevabamos y que deja de funcionar a -4º porque se licúa (creo) dejó de hacer efecto y la calefacción se paró.... menos mal que los nórdicos son estupendos, y con el calor guardado pudimos aguantar hasta el día siguiente.

En cuanto nos levantamos y comentamos con el resto de la gente lo que nos había sucedido, nos dieron la solución. Resulta que en vez de gas butano, lo mejor es utilizar propano, que aguanta más las bajas temperaturas y no hay peligro de quedarnos sin gas. Gracias a uno de los socios, que llevaba dos botellas de propano y amablemente nos cambió una de las suyas por una de las nuestras, pudimos solventar ese problemilla, jejejej y ya no tuvimos que preocuparnos de las bajas temperaturas.

Así se pasó casi toda la mañana, entre unas cosas y otras, y después, según lo previsto nos reunimos todos los socios fundadores acordando en esta primera asamblea los temas legales pertinentes.

Se nos hizo algo tarde para la comida, pero como no teníamos prisa una vez que terminamos todos los temas cada uno nos fuimos a comer a nuestra autocaravana.



La tarde se pasó rápido dando algún que otro paseo por la zona, y pronto se hizo la hora de la cena. Después, nos volvímos a juntar todos en la cafetería de nuevo para seguir charlando y cambiando impresiones. La verdad es que los integrantes de la asociación nos parecieron personas estupendas y congeniamos todos bastante bien.

Tras otra noche de frío (esta vez no se nos apagó la calefacción, jejejj) vino la mañana del domingo.

Habíamos previsto hacer unas migas para todos... uno puso el caldero, otro la harina de almorta, otro otra cosa, etc... y entre todos salió una comida riquísima de la que disfrutamos, y con la que despedimos el encuentro, ya que a la tarde y poco a poco fuimos abandonando el recinto y despidiéndonos del resto de la gente.

Un encuentro que nos gustó mucho, y del que nos fuimos con ganas de repetir...

Y así acabó esta primera quedada de Acama. Después de despedirnos, otra vez de vuelta a Albacete y a guardar la auto hasta la próxima ocasión.

Y como siempre digo, con pena por acabar el finde, y con la ilusión de preparar un próximo encuentro...